Pepe es un chico de Córdoba. Se considera muy amigo de Luminosa aunque no llegó a conocerla personalmente.
Entrevista realizada por Lola Díaz.
Pepe, tú tienes ahora 10 años. Por tanto, ni siquiera habías nacido cuando Luminosa vivía en España. ¿Cómo la has conocido?
Cuando era un Gen 4[1], en 2016, fui a un encuentro al Centro Mariápolis de Las Matas. Allí fui a la capilla y vi que había una lápida de mármol blanco. Le pregunté a mi padre, que estaba conmigo, quién estaba enterrado allí. Y él me respondió que Luminosa, que yo conocía de oídas.
¿Qué sabes de su historia?
Sé que era argentina, que era la mejor amiga de Chiara y que también era una persona muy buena.
Desde aquel momento, eres muy amigo suyo…
Sí, Luminosa desde entonces es mi amiga. Le pido que me ayude en varias cosas, sobre todo en las difíciles, y ella lo hace, como mi amiga que es.
¿Cómo la presentas a tus amigos?
Pues les cuento que yo creo que Luminosa es una santa que está en el cielo y que si le pides algún favor, sobre todo las cosas más complicadas, y le rezas, ella te lo hace, porque es muy buena y está cerca de Jesús.
Claro, no es fácil de creer, pero a ti te ha ayudado…
Uff… muchas veces. Una vez, yo era muy chico, mi abuelo me regaló una cartera. Él sabía que me gustaban mucho. Yo le tenía un cariño especial a esa porque me la regaló él. Puse allí mi dinero pero se me perdió. Le pedí a Luminosa que me ayudara a encontrarla, y, apenas se lo había pedido, no sé cómo apareció la cartera. Otra vez había perdido otra cosa y mi hermana sus cascos… Había empezado a decir el Padre Nuestro (iba por la mitad…, porque yo, después de que se lo pido, siempre rezo el padrenuestro, el avemaría y el gloria), pues justo en ese momento aparecieron los cascos y lo otro que se había perdido. Otra vez, estaba con mis primas en la piscina. Y se pinchó la colchoneta. Ya había pasado otra vez y nos cayó encima una buena reprimenda. Pero esa vez no habíamos hecho nada. Llegó mi padre, y preguntó qué había pasado. Le dijimos que no era nuestra la culpa pero claro… Así que volví a acordarme de Luminosa… y se lo dije a mis primas que, la verdad, no estaban muy convencidas. Pero al final rezaron conmigo el padrenuestro, el avemaría y el gloria para que Luminosa aclarara la situación. Al rato, mi padre dijo que había hablado con el jardinero y que le había explicado lo sucedido.
Parece como magia, ¿no?
Sí, a veces puede parecer como si Luminosa fuese mi amuleto. Pero yo sé que no es magia. Es que tengo una amiga que está cerca de Jesús y me ayuda cuando se lo pido.
Y si alguien te dice que tiene un problema… ¿tú le recomendarías que se lo contase a Luminosa?
Claro. Yo le contaría quien es Luminosa y para animarle le contaría lo que me pasa a mí y a otras personas. Y además le diría que es seguro que Luminosa va a interceder por lo que le pida. Yo estoy seguro.
Creo que tu padre también es amigo suyo…
Sí, y cuando Luminosa le concede algo yo siento una gran alegría y sorpresa. Luminosa siempre nos da la sorpresa de escucharnos.
[1] Los y las Gen 4 son los niños y niñas del Movimiento de los Focolares. La palabra Gen viene de Generación Nueva y según la edad, los miembros más jóvenes de los Focolares son denominados Gen 2, Gen 3 y Gen 4.