“Chicas buenas hay demasiadas,
 a mí no me basta:
 ¡Yo quiero hacerme santa”.

Hace 17 años se abría la Causa de beatificación de Margarita Bavosi – Luminosa

El 4 de enero de 2005 se abría la Causa de beatificación de Luminosa en el Centro Mariápolis Luminosa, en Las Matas (Madrid). Un día inolvidable para los presentes, en el marco de una tarde de invierno límpida y luminosa, un día definido por algunos “histórico”, por otros “solenne”, por otros “entrañable”, por otros “religioso”…


Había llegado el momento de la apertura diocesana de su proceso de canonización. Sobre ese día fue escrito un artículo, con mucho detalle, en la “Hoja Informativa” de la Sierva deDios Margarita Bavosi – Luminosa , un tipo de publicación que ha continuado con nuevos contenidos en cada aniversario de su muerte, el 7 de marzo. Proponemos aquí el artículo sobre aquel 4 de enero de 2005.


El pasado 4 de enero en el Centro Mariápolis Luminosa, Las Matas (Madrid), tuvo lugar la constitución del Tribunal para la apertura diocesana del proceso de canonización de Margarita Bavosi (Luminosa). Para muchos era un día largamente esperado. La huella dejada por Luminosa en las personas que se encontró a lo largo desu vida en España, su Santo Viaje en España como a ella gustaba decir, es profunda y viva. Y así se puso de manifiesto aquella tarde: desde el día anterior habían ido llegando amigos y conocidos de todos los puntos de España: Andalucía, Galicia, Cataluña, Valencia, País Vasco… Había quien sólo tenía un ligamen personal con ella, quien mantiene vivo su recuerdo, su relación, sus consejos, su ejemplo de vida evangélica. Quien la tuvo trabajando al lado, codo a codo, en las distintas manifestaciones y actividades del Movimiento de los Focolares.

A todos nos unía una sola cosa: dar testimonio con nuestra presencia de la estela de luz, de santidad dejada por ella. De hecho, no había persona a la que se saludase que no contase un hecho, un gesto,una palabra que expresase el amor radical y personal de Luminosa, reflejo de la luz de un Carisma hecho vida.

El acto jurídico de constitución del Tribunal eclesiástico que se ocupa del proceso diocesano de canonización de Luminosa, comenzó a las 7 de la tarde. La Causa ha sido promovida por el Movimiento de los Focolares en España y aceptada por el Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo deMadrid, D. Antonio Mª Rouco Varela, quien asumió las competencias de la misma. Los miembros del Tribunal nombrados por el Sr. Cardenal son: D. Alberto Royo, sacerdote delegado; D. Bernardo Santos, Promotor dejusticia; D. Samuel González, Notario delegado de la Curia; Dña. Maria Manso y Dña. Carmen Benavente, Notarias; todos ellos para la fase diocesana. El postulador de la Causa es el abogado rotal D. Carlo Fusco y la vicepostuladora, Dña. Mª Angeles de Santiago.

El acto lo presidió, el Excmo. Monseñor Eugenio Romero Pose, Obispo Auxiliar de Madrid y Vicario General de la Archidiócesis, delegado del Cardenal.

Iniciado con el canto del Veni Creator la palabra pasó en primer lugar al postulador de la Causa, D. Carlo Fusco, quien hizo una breve, pero profunda y conmovedora semblanza de la sierva de Dios donde se perfilaba perfectamente el camino que Luminosa había emprendido ya desde pequeña hacia una unión con Dios, un camino de santidad. Se delineó a grandes rasgos su infancia, su adolescencia y su juventud haciendo hincapié en las sucesivas etapas de su trayectoria espiritual, entresacando de su diario y de las innumerables cartas que escribía,»destellos de luz» (que se irán publicando con este titulo en los sucesivos boletines) con los que iluminaba a tantas personas, muchas de ellas presentes en la sala. A continuación aceptaron y juraron su cargo los diferentes miembros delTribunal.

Las palabras conclusivas de D. Eugenio Romero Pose sellaron este acto que muchos calificaron «jurídico pero religioso, jurídico pero de familia». Con la gracia del magisterio, D. Eugenio puso de relieve con sencillez y con gran profundidad teológica, el verdadero significado eclesial del momento que vivíamos, enraizando la persona de Luminosa en la Iglesia local, pero abriéndola a la dimensión universal de la Iglesia entera: «…Y la presentamos desde la Iglesia particular que peregrina en Madrid. La presentamos a la Iglesia Católica, a toda la Iglesia.

Porque, como se ha descrito en esa sucinta biografía, ha sido alguien que ha encontrado al Señor de la Vida, lo ha seguido, y ha dejado su vida para que otros la sigamos, para que otros la sigan, (…) y como miembro de una familia, gracias a un hogar, gracias al focolar, porque un santo no nace sin familia, un santo nace en un focolar para que haya más familia… es un acontecimiento para toda la humanidad, es un acontecimiento eclesial, más aún, es un acontecimiento cósmico, porque la naturaleza tiene un fin bueno, el mejor de los fines: que todo llegue a la recapitulación en Cristo».

Con intuición pastoral y de gran espiritualidad enlazó la vida de Luminosa con la fuente del Carisma que inspiró su vida, el carisma de la unidad depositado en Chiara Lubich , y para concluir nos puso delante el desafío frente al cual nos hubiera puesto también Luminosa: la santidad, y decía: «En realidad decir que uno es santo, es decir que ha sido verdaderamente cristiano, no en apariencia, sino en carne, en dichos, en gestos, en vida…

Nosotros pedimos a la Iglesia que podamos tenerla como referente, sencillamente, porque creemos que un testigo siempre está presente en medio de nosotros. Que Luminosa no ha pasado, sino que un creyente cuando muere permanece más que cuando le vemos, porque la invisibilidad le da mayor universalidad. (…) Es por lo tanto un motivo de gozo para toda la Iglesia, y no en último lugar para la Iglesia que peregrina en Madrid. (…) Para que la Iglesia pueda darnos este regalo también nos pide a nosotros que estemos en sintonía con lo que pedimos y pedir que seamos santos es pedir el don delEspíritu».

Si al inicio todos éramos conscientes de vivir algo sagrado, algo de Dios, las impresiones de los presentes al terminar el acto eran coincidentes: Luminosa»está» viva. Lo está porque aún hoy nos llama a una sola cosa: a elegir a Dios como el todo de nuestras vidas, a amar a cada prójimo sin reservas, a hacernos santos juntos para llevar la unidad hasta los últimos confines de la tierra.

De la “Hoja Informativa” de la Sierva de Dios Margarita Bavosi – Luminosa, año 2005